En
su rueda de prensa chavez dice que las armas incautadas a las FARC en
Colombia son las que fueron robadas en el ataque de Cararabo....
Pero... recordemos:
CHAVEZ Y LA MASACRE DE CARARABO.....PROHIBIDO OLVIDAR
POR: PATRICIA POLEO.
Dificil
para el país, mucho más para las Fuerza Armada Nacional, olvidar lo
que ocurrió en Cararabo, en Febrero de 1995. El puesto fluvial
fronterizo, custodiado por 31 infantes de marina, fue tomado por LA
GUERRILLA COLOMBIANA, en el ataque más cruel que pueda recordarse en la
historia de ambos países. 8 de los 31 jóvenes fueron asesinados de la
manera más vil: Aún con vida, los guerrilleros les abrieron el cuello,
sacandole la lengua y "PONIENDOSELA DE CORBATA".
Las
informaciones en general, destacaban que los guerrilleros habian contado
con información de INTELIGENCIA, SOBRE LA DISPOSICIÓN , DEFENSAS Y
NÚMERO DE EFECTIVOS Y ARMAMENTO QUE SE ENCONTRABA EN EL PUESTO FLUVIAL
PARA EL MOMENTO. Los guerrilleros, además de matar a los soldados,
cargaron con 3 ametralladoras, 2 morteros, 20 mil proyectiles, varias
subametralladoras y una lancha artillada de VISION nocturna.
¿QUIEN INFORMÓ A LA GUERRILLA?
Las
investigaciones de prensa de los dos países, como tambien las
indagatorias penales y militares, se dirigían a dar con la identidad de
quiénes INFORMARON A LA GUERRILLA TAN CERTERAMENTRE PARA FACILITAR EL
ATAQUE.
En el expediente que se abrió sobre el caso retumbó un
señalamiento importante: Monseñor Ignacio Jose Velazco, Arzobispo de la
región para aquel entonces, habría asegurado que el comandante HUGO
CHAVEZ FRIAS, HABRIA SIDO QUIEN INFORMÓ A LA GUERILLA COLOMBIANA PARA
QUE EJECUTARA EL ATAQUE.
LA declaración del Arzobispo fue
reforzada por informaciones que se produjeron en Colombia por parte de
diplomáticos de ese país que aseguraron que HCF tenía relación con el
ataque del puesto fluvial y que las armas que fueron robadas por la
guerilla eran para entregárselas al movimiento político que respaldaba
en aquel entonces a chavez......el MBR-200.
Las agencias de
noticias colombianas sostuvieron que Ernesto Samper, le había enviado a
su homólogo venezolano Rafael Caldera, pruebas de la participación de
Chavez en los hechos.
Podemos notar el inventario de armas
robadas, y además la posible... muy posible implicacion del mismísimo
Chávez en aquellos aberrantes hechos....
CHAVEZ Y APONTE APONTE.
La
Justicia en aquel entonces, le correspondió a los JUECES DE LA
JURISDICCION MILITAR: ELADIO APONTE APONTE Y DAMIAN NIETO CARRILLO.
AMBOS PERSONAJES FUERON FUNDAMENTALES PARA DESCALIFICAR LAS ACUSACIONES Y
SEÑALAMIENTOS UE HABÍA EN EL EXPEDIENTE CONTRA HUGO CHAVEZ Y AMBOS, HAN SIDO
PIEZAS FUNDAMENTALES DEL RÉGIMEN DENTRO DE LA JUSTICIA MILITAR.
SOBRE LA RUEDA DE PRENSA INTERNACIONAL DE CHAVEZ SOBRE LOS AT-4De: Rafael RodríguezAnte
las denuncias de Chávez sobre los AT-4, que según el fueron robados por
la Guerrilla Colombiana de las FARC en un asalto a un Puesto Militar
Venezolano en Cararabo (El Asalto lo ejecuta el ELN y no las FARC) les
recuerdo los siguiente: Este delincuente que tenemos como Presidente es
el responsable de muchas muertes antes y durante su Gobierno. La
Justicia en aquel entonces, le correspondió a los Jueces de la
Jurisdicción Militar:ELADIO APONTE APONTE Y DAMIAN NIETO
CARRILLO les toco conocer sobre los acontecimientos que sucedieron en
CARARABO. Ambos personajes fueron fundamentales para descalificar las
acusaciones y señalamientos que había en el Expediente CONTRA HUGO
CHAVEZ y hoy, son piezas fundamentales del Régimen dentro de la Justicia
Militar. APONTE APONTE en este momento preside la Sala Penal del TSJ.Ya
no se puede definir si es Estupidez, Brutalidad, Locura o simple
Descaro. Traer a nuestra Memoria el Asesinato Brutal de Cararabo. Decir a
estas Alturas, después de tantos Años, que la Guerrilla Colombiana
viene cargando con unos Tubos Desechables, ya usados que “Fueron
Robados” del Puesto de Cararabo, es una de las mas Grandes Vilezas.Esa
fue, sin duda la mancha mas grande en la Historia de la Defensa
Fronteriza Venezolana, no solo por el ataque en si, sino por la Crueldad
mostrada por los Guerrilleros del ELN y no de las FARC como dijo el
Lenin de Sabaneta en su Rueda de Prensa Internacional donde Masacraron a
unos Muchachos menores sin experiencia, en número inferior que los
Guerrilleros y con mal Equipamiento fueron atacados por Sorpresa y con
ayuda de asquerosos traidores.Creo que se acaba de dar un
Chinazo, el terrible Lenin de Sabaneta. La Justicia Divina tiene cosas
extrañas, mira que Chávez hoy, para salvarse del problema de los
lanzacohetes se refiere al asalto de las FARC a Carabobo (Les recuerdo
que el Asalto fue perpetrado por el ELN) y esto lo que ha logrado es que
Venezuela recuerde como el mismo Chávez siempre fue mencionado como
Cómplice de tales hechos. Dios sabe como hace sus cosas.
Por: Rafael Marrón
González -
Era domingo aquel 26 de febrero de 1995, a 13 años de hoy, veía la
programación de la mañana por un canal de TV que interrumpió su
transmisión para emitir el primer boletín de los varios que alarmaron
por su crudeza al pueblo venezolano. Ocho infantes de Marina habían sido
asesinados vilmente en un ataque nocturno de la infame narcoguerrilla
terrorista que desangra miserablemente en una espiral implacable de
violencia cobarde y delictiva al hermano país colombiano.
El motivo del ataque fue eliminar un puesto de vigilancia que impedía el
contrabando de gasolina venezolana indispensable para el procesamiento
de cocaína en territorio colombiano bajo sometimiento guerrillero. Las
imágenes que presenciamos los venezolanos, guiadas por José Vicente
Rangel, cuando era periodista y no había trasegado su dignidad al poder,
eran inauditas, los jóvenes patriotas que custodiaban las fronteras de
su país, presentaban entre trece y diecisiete tiros cada uno, y sus
gargantas habían sido cortadas para sacarles la lengua y dejárselas
colgando como dantescas corbatas, para la carcajada de la infamia. Fue,
según supimos después una prueba de “valor” para reclutas drogados que
debían demostrar ante la bestialidad de sus amos lo que eran capaces de
hacer contra el vencido y lo que debían esperar los pueblos de ambas
naciones si lograban sus objetivos. En declaraciones de prensa, dadas
algunos años después al periodista Roberto Giusti, el comandante Alexis,
el despreciable cabecilla de los homicidas, que hoy se encuentra a buen
recaudo en una celda de máxima seguridad de la prisión de La Picota,
informaba, para remarcar su desprecio por las Fuerzas Armadas
Venezolanas, que llevaron la libertad a su país, que habían encontrado a
los infantes de Marina “llorando en el baño”, y que a otro que se
escondía debajo de una cama lo mataron de un tiro en la nuca. Malditos
sean donde quiera que estén. Por eso me indigno cuando observo a este
insólito gobierno venezolano apurruñándose con esta salvaje camarilla de
delincuentes, a la que Chávez, con su discurso apologista, pretende
vendernos, a pesar de semejante crimen contra nuestros compatriotas,
como héroes “bolivarianos” que en nombre de la supuesta liberación de su
patria, que evidentemente, por el rechazo que reciben de su sociedad,
nadie les ha pedido, secuestran, asesinan misioneros de paz, trafican
drogas y lanzan bombas contra la inocente población civil, por lo que
han sido considerados terroristas de alta peligrosidad por todas las
civilizaciones del mundo y por el propio Gobierno de Colombia que como
tales, les ha declarado la guerra total. En justa retribución a este
apoyo, ya para vergüenza de la decencia nacional, los bestiales
terroristas elenos y faracos se confiesan símiles del pensamiento
bolivariano para degradación del egregio nombre de Bolívar. Algo
sumamente grave para la seguridad de los adversarios políticos y
disidentes de este gobierno, porque constituye una real amenaza dada las
características homicidas de este grupo irregular como lo pueden
aseverar las miles de víctimas inocentes de la sociedad civil colombiana
y los cientos de secuestrados que mantienen en su poder sin mencionar
los miles de niños mutilados por sus bombas “quiebrapatas”.
La prensa nacional reseñó así la noticia“Como “un típico acto de
graduación de las guerrillas colombianas” y el más grave ataque contra
efectivos venezolanos en por lo menos cuatro años, fue calificada la
incursión contra el puesto fluvial de la Armada en Cararabo, sobre el
río Meta, en el estado Apure, que dejó como saldo ocho infantes de
marina muertos, cuatro heridos y tres desaparecidos, confirmó ayer el
Gobierno nacional. Utilizando el factor sorpresa, cerca de setenta
irregulares colombianos tomaron por asalto el puesto fronterizo
venezolano y, apertrechados con armas largas, morteros y cohetes,
arremetieron contra los efectivos de la Armada. Los guerrilleros
asesinaron a los cuatro centinelas y, una vez dentro de las
instalaciones, dieron muerte a otros cuatro efectivos. Sustrajeron dos
lanchas, alimentos, medicinas, armamento y municiones. Dos de los
soldados que murieron en el ataque fueron abiertos con armas blancas, lo
que demuestra la forma criminal y el ensañamiento con que actuaron para
apoderarse del puesto fronterizo. Además se supo que los irregulares
dieron un tiro de gracia a un infante de marina que trataba de ocultarse
debajo de una cama. El ataque fue interpretado como “un típico acto de
graduación de la guerrilla colombiana”, que realiza este tipo de
incursiones como un bautizo de fuego para demostrar la capacidad
ofensiva de sus nuevos miembros, según voceros militares. (…) La Armada
emitió un pronunciamiento sobre el incidente, que calificó como “un
cobarde ataque perpetrados por bandoleros colombianos”.
El presidente de Colombia declaró El presidente de Colombia, para aquel
entonces Ernesto Samper Pizano, en comunicado entregado a la prensa
internacional, señaló que: “El Gobierno de Colombia expresa su
indignación y rechazo por la matanza de los ocho infantes de Marina
venezolanos ocurrida en la mañana de ayer en la localidad de Cararabo,
en vecindades de Puerto Páez, y manifiesta asimismo su condolencia al
pueblo hermano de Venezuela, a su gobierno y a sus Fuerzas Armadas, y
reitera su firme decisión de combatir todas las modalidades de
criminalidad que amenazan con propagar la intranquilidad y la violencia
en la zona de frontera”.
El Ejército colombiano vengó a los nuestros liquidando a cuatro de los
asesinos.Días después del atentado la prensa colombiana destacó: “Cuatro
guerrilleros de la columna Domingo Laín, del Ejército de Liberación
Nacional (ELN) que participaron en el ataque contra la Infantería de
Marina de Venezuela, en el puesto de Cararabo, fueron liquidados en un
enfrentamiento, informó el ministro interino de Defensa y comandante de
las fuerzas militares de Colombia, general Harold Bedoya Pizarro, citado
por la agencia AP. Los guerrilleros murieron en un enfrentamiento con
el Ejército cerca de Puerto Carreño, municipio del Departamento Vichada,
zona limítrofe con Venezuela, del río Orinoco. Los muertos y otro que
fue capturado, fueron parte de la columna que asesinó a ocho infantes de
Marina venezolanos el 26 de febrero de 1995, según un informe de la IV
División del Ejército. “Esta es una buena respuesta para los grupos que
quieren desestabilizar las relaciones entre los dos países”, agregó.
Bedoya también descartó que los ataques de grupos guerrilleros
colombianos, en la frontera con Venezuela, provoquen una guerra entre
los dos países. “La guerrilla quiere crearle a Colombia y a los
colombianos un problema internacional”, afirmó el ministro en un debate
sobre la paz, efectuado en la Cámara de Representantes. “Ese es el
objetivo del ELN y de las FARC, que en los últimos tres años han
perpetrado 10 ataques en territorio de Venezuela, con un saldo de 21
militares venezolanos muertos”. Los militares y civiles de ambos países
estamos convencidos de que nadie puede desestabilizar nuestras
excelentes relaciones, pero advirtió al Congreso que para favorecer un
clima de paz las Fuerzas Armadas colombianas no pueden permanecer
pasivas ante la ofensiva de la guerrilla a través de la frontera. Cómo
no combatir estos grupos que quieren acabar con el Estado y
desestabilizar nuestras relaciones internacionales. Para hacer la paz
hay que hacerle la guerra a los terroristas, dijo el jefe militar”.
Habla el “comandante” AlexisEl periodista Roberto Giusti viajó a la zona
guerrillera en Colombia y logró entrevistar al comandante Alexis, quien
luego caería en poder del Ejército colombiano: -¿Qué buscan ustedes en
Venezuela? ¿Sostén económico para su guerra en Colombia, entorpecer la
democracia, la toma del poder? – Venezuela nos merece admiración y
aprecio como pueblo hermano. Nuestras acciones nunca han estado
dirigidas contra el pueblo venezolano, sino contra los grupos más
reaccionarios de las fuerzas militares y contra esos supuestos
ciudadanos venezolanos que hacen apología de la guerra.
Cuando ustedes matan ocho jóvenes venezolanos en Cararabo, ¿no están
matando a parte del pueblo venezolano?
- Es lamentable que existan fuerzas militares con gente no preparada. Yo
le voy a explicar claramente lo ocurrido en Cararabo, pues no quiero
que este hecho se tome como una agresión contra el pueblo venezolano,
así los militares sean también sus hijos, porque eso maccarthyza las
cosas. Los ataques nuestros contra la Guardia y el Ejército venezolanos
han sido en respuesta a la agresión histórica de esas Fuerzas Armadas
contra el pueblo colombiano. Hemos actuado como ejército revolucionario
popular ante incontables agresiones, penetraciones en territorio
colombiano, quema de viviendas.
¿Pero justifica eso la muerte de ocho jóvenes venezolanos?
- No la estoy justificando, pero debe quedar claro que la respuesta
militar que le damos a las Fuerzas Armadas venezolanas es por su
agresión contra nuestro pueblo. No estamos interesados en ir a pelear
con ellos allá, ni construir el socialismo en Venezuela, porque eso le
corresponde a los hijos de Venezuela: desarrollar su propia revolución.
Nosotros estamos haciendo la nuestra, a la colombiana, para nuestro
país, aunque nos solidarizaremos con los países que desarrollen su
propio proceso de liberación.
- Yo le preguntaba por los ocho jóvenes venezolanos muertos en un ataque
del ELN
- El Ejército venezolano que estaba en Cararabo era convencional. Las
armas que tenían allí y que recuperamos demuestran que se preparaba una
avanzada, incluso para un conflicto internacional. Era una base militar
lista para la guerra. – ¿Para invadir a Colombia?
- No estamos hablando de una invasión, pero se trataba de un fuerte
militar con toda la capacidad bélico logística y que debía tener un
ejército entrenado, porque no puede ser que haya soldados allí, sin
preparación, para manejar armas del calibre y el poder que encontramos”.
Correo del Caroní ratifica su solidaridad con la memoria de las
víctimas.
Los soldados venezolanos, cuyas edades oscilaban entre los 25 y 28 años,
vilmente asesinados por la narcoguerrilla terrorista colombiana, en un
operativo destinado a la eliminación del obstáculo que impedía el libre
tránsito del contrabando de gasolina, recurso indispensable para
sintetizar cocaína, respondían a los siguientes nombres: Sargento
técnico de primera José Orlando Colmenares Zambrano; sargento segundo
José Gregorio Armada Aponte; cabo segundo José Ascanio Aponte, C/s
Hernán Eloy Graterol Tovar, C/s Jacinto Viloria Pereira, C/s Nelson
Gregorio Contreras; distinguido Félix Ramón Guarenas Silva y Distinguido
Cándido Arenas Méndez. Pero, además de los mencionados, vaya nuestra
memoria a las decenas de militares venezolanos asesinados y civiles
secuestrados en las distintas incursiones realizadas por la
narcoguerrilla terrorista colombiana a territorio venezolano, que ahora
disfrutan de estatus de protección política de este extraño Gobierno
venezolano.
http://realidadalternativa.wordpress.com/2008/07/04/13-anos-de-la-masacre-de-cararabo/
Por: Rafael Marrón
González -
Era domingo aquel 26 de febrero de 1995, a 13 años de hoy, veía la
programación de la mañana por un canal de TV que interrumpió su
transmisión para emitir el primer boletín de los varios que alarmaron
por su crudeza al pueblo venezolano. Ocho infantes de Marina habían sido
asesinados vilmente en un ataque nocturno de la infame narcoguerrilla
terrorista que desangra miserablemente en una espiral implacable de
violencia cobarde y delictiva al hermano país colombiano.
El motivo del ataque fue eliminar un puesto de vigilancia que impedía el
contrabando de gasolina venezolana indispensable para el procesamiento
de cocaína en territorio colombiano bajo sometimiento guerrillero. Las
imágenes que presenciamos los venezolanos, guiadas por José Vicente
Rangel, cuando era periodista y no había trasegado su dignidad al poder,
eran inauditas, los jóvenes patriotas que custodiaban las fronteras de
su país, presentaban entre trece y diecisiete tiros cada uno, y sus
gargantas habían sido cortadas para sacarles la lengua y dejárselas
colgando como dantescas corbatas, para la carcajada de la infamia. Fue,
según supimos después una prueba de “valor” para reclutas drogados que
debían demostrar ante la bestialidad de sus amos lo que eran capaces de
hacer contra el vencido y lo que debían esperar los pueblos de ambas
naciones si lograban sus objetivos. En declaraciones de prensa, dadas
algunos años después al periodista Roberto Giusti, el comandante Alexis,
el despreciable cabecilla de los homicidas, que hoy se encuentra a buen
recaudo en una celda de máxima seguridad de la prisión de La Picota,
informaba, para remarcar su desprecio por las Fuerzas Armadas
Venezolanas, que llevaron la libertad a su país, que habían encontrado a
los infantes de Marina “llorando en el baño”, y que a otro que se
escondía debajo de una cama lo mataron de un tiro en la nuca. Malditos
sean donde quiera que estén. Por eso me indigno cuando observo a este
insólito gobierno venezolano apurruñándose con esta salvaje camarilla de
delincuentes, a la que Chávez, con su discurso apologista, pretende
vendernos, a pesar de semejante crimen contra nuestros compatriotas,
como héroes “bolivarianos” que en nombre de la supuesta liberación de su
patria, que evidentemente, por el rechazo que reciben de su sociedad,
nadie les ha pedido, secuestran, asesinan misioneros de paz, trafican
drogas y lanzan bombas contra la inocente población civil, por lo que
han sido considerados terroristas de alta peligrosidad por todas las
civilizaciones del mundo y por el propio Gobierno de Colombia que como
tales, les ha declarado la guerra total. En justa retribución a este
apoyo, ya para vergüenza de la decencia nacional, los bestiales
terroristas elenos y faracos se confiesan símiles del pensamiento
bolivariano para degradación del egregio nombre de Bolívar. Algo
sumamente grave para la seguridad de los adversarios políticos y
disidentes de este gobierno, porque constituye una real amenaza dada las
características homicidas de este grupo irregular como lo pueden
aseverar las miles de víctimas inocentes de la sociedad civil colombiana
y los cientos de secuestrados que mantienen en su poder sin mencionar
los miles de niños mutilados por sus bombas “quiebrapatas”.
La prensa nacional reseñó así la noticia“Como “un típico acto de
graduación de las guerrillas colombianas” y el más grave ataque contra
efectivos venezolanos en por lo menos cuatro años, fue calificada la
incursión contra el puesto fluvial de la Armada en Cararabo, sobre el
río Meta, en el estado Apure, que dejó como saldo ocho infantes de
marina muertos, cuatro heridos y tres desaparecidos, confirmó ayer el
Gobierno nacional. Utilizando el factor sorpresa, cerca de setenta
irregulares colombianos tomaron por asalto el puesto fronterizo
venezolano y, apertrechados con armas largas, morteros y cohetes,
arremetieron contra los efectivos de la Armada. Los guerrilleros
asesinaron a los cuatro centinelas y, una vez dentro de las
instalaciones, dieron muerte a otros cuatro efectivos. Sustrajeron dos
lanchas, alimentos, medicinas, armamento y municiones. Dos de los
soldados que murieron en el ataque fueron abiertos con armas blancas, lo
que demuestra la forma criminal y el ensañamiento con que actuaron para
apoderarse del puesto fronterizo. Además se supo que los irregulares
dieron un tiro de gracia a un infante de marina que trataba de ocultarse
debajo de una cama. El ataque fue interpretado como “un típico acto de
graduación de la guerrilla colombiana”, que realiza este tipo de
incursiones como un bautizo de fuego para demostrar la capacidad
ofensiva de sus nuevos miembros, según voceros militares. (…) La Armada
emitió un pronunciamiento sobre el incidente, que calificó como “un
cobarde ataque perpetrados por bandoleros colombianos”.
El presidente de Colombia declaró El presidente de Colombia, para aquel
entonces Ernesto Samper Pizano, en comunicado entregado a la prensa
internacional, señaló que: “El Gobierno de Colombia expresa su
indignación y rechazo por la matanza de los ocho infantes de Marina
venezolanos ocurrida en la mañana de ayer en la localidad de Cararabo,
en vecindades de Puerto Páez, y manifiesta asimismo su condolencia al
pueblo hermano de Venezuela, a su gobierno y a sus Fuerzas Armadas, y
reitera su firme decisión de combatir todas las modalidades de
criminalidad que amenazan con propagar la intranquilidad y la violencia
en la zona de frontera”.
El Ejército colombiano vengó a los nuestros liquidando a cuatro de los
asesinos.Días después del atentado la prensa colombiana destacó: “Cuatro
guerrilleros de la columna Domingo Laín, del Ejército de Liberación
Nacional (ELN) que participaron en el ataque contra la Infantería de
Marina de Venezuela, en el puesto de Cararabo, fueron liquidados en un
enfrentamiento, informó el ministro interino de Defensa y comandante de
las fuerzas militares de Colombia, general Harold Bedoya Pizarro, citado
por la agencia AP. Los guerrilleros murieron en un enfrentamiento con
el Ejército cerca de Puerto Carreño, municipio del Departamento Vichada,
zona limítrofe con Venezuela, del río Orinoco. Los muertos y otro que
fue capturado, fueron parte de la columna que asesinó a ocho infantes de
Marina venezolanos el 26 de febrero de 1995, según un informe de la IV
División del Ejército. “Esta es una buena respuesta para los grupos que
quieren desestabilizar las relaciones entre los dos países”, agregó.
Bedoya también descartó que los ataques de grupos guerrilleros
colombianos, en la frontera con Venezuela, provoquen una guerra entre
los dos países. “La guerrilla quiere crearle a Colombia y a los
colombianos un problema internacional”, afirmó el ministro en un debate
sobre la paz, efectuado en la Cámara de Representantes. “Ese es el
objetivo del ELN y de las FARC, que en los últimos tres años han
perpetrado 10 ataques en territorio de Venezuela, con un saldo de 21
militares venezolanos muertos”. Los militares y civiles de ambos países
estamos convencidos de que nadie puede desestabilizar nuestras
excelentes relaciones, pero advirtió al Congreso que para favorecer un
clima de paz las Fuerzas Armadas colombianas no pueden permanecer
pasivas ante la ofensiva de la guerrilla a través de la frontera. Cómo
no combatir estos grupos que quieren acabar con el Estado y
desestabilizar nuestras relaciones internacionales. Para hacer la paz
hay que hacerle la guerra a los terroristas, dijo el jefe militar”.
Habla el “comandante” AlexisEl periodista Roberto Giusti viajó a la zona
guerrillera en Colombia y logró entrevistar al comandante Alexis, quien
luego caería en poder del Ejército colombiano: -¿Qué buscan ustedes en
Venezuela? ¿Sostén económico para su guerra en Colombia, entorpecer la
democracia, la toma del poder? – Venezuela nos merece admiración y
aprecio como pueblo hermano. Nuestras acciones nunca han estado
dirigidas contra el pueblo venezolano, sino contra los grupos más
reaccionarios de las fuerzas militares y contra esos supuestos
ciudadanos venezolanos que hacen apología de la guerra.
Cuando ustedes matan ocho jóvenes venezolanos en Cararabo, ¿no están
matando a parte del pueblo venezolano?
- Es lamentable que existan fuerzas militares con gente no preparada. Yo
le voy a explicar claramente lo ocurrido en Cararabo, pues no quiero
que este hecho se tome como una agresión contra el pueblo venezolano,
así los militares sean también sus hijos, porque eso maccarthyza las
cosas. Los ataques nuestros contra la Guardia y el Ejército venezolanos
han sido en respuesta a la agresión histórica de esas Fuerzas Armadas
contra el pueblo colombiano. Hemos actuado como ejército revolucionario
popular ante incontables agresiones, penetraciones en territorio
colombiano, quema de viviendas.
¿Pero justifica eso la muerte de ocho jóvenes venezolanos?
- No la estoy justificando, pero debe quedar claro que la respuesta
militar que le damos a las Fuerzas Armadas venezolanas es por su
agresión contra nuestro pueblo. No estamos interesados en ir a pelear
con ellos allá, ni construir el socialismo en Venezuela, porque eso le
corresponde a los hijos de Venezuela: desarrollar su propia revolución.
Nosotros estamos haciendo la nuestra, a la colombiana, para nuestro
país, aunque nos solidarizaremos con los países que desarrollen su
propio proceso de liberación.
- Yo le preguntaba por los ocho jóvenes venezolanos muertos en un ataque
del ELN
- El Ejército venezolano que estaba en Cararabo era convencional. Las
armas que tenían allí y que recuperamos demuestran que se preparaba una
avanzada, incluso para un conflicto internacional. Era una base militar
lista para la guerra. – ¿Para invadir a Colombia?
- No estamos hablando de una invasión, pero se trataba de un fuerte
militar con toda la capacidad bélico logística y que debía tener un
ejército entrenado, porque no puede ser que haya soldados allí, sin
preparación, para manejar armas del calibre y el poder que encontramos”.
Correo del Caroní ratifica su solidaridad con la memoria de las
víctimas.
Los soldados venezolanos, cuyas edades oscilaban entre los 25 y 28 años,
vilmente asesinados por la narcoguerrilla terrorista colombiana, en un
operativo destinado a la eliminación del obstáculo que impedía el libre
tránsito del contrabando de gasolina, recurso indispensable para
sintetizar cocaína, respondían a los siguientes nombres: Sargento
técnico de primera José Orlando Colmenares Zambrano; sargento segundo
José Gregorio Armada Aponte; cabo segundo José Ascanio Aponte, C/s
Hernán Eloy Graterol Tovar, C/s Jacinto Viloria Pereira, C/s Nelson
Gregorio Contreras; distinguido Félix Ramón Guarenas Silva y Distinguido
Cándido Arenas Méndez. Pero, además de los mencionados, vaya nuestra
memoria a las decenas de militares venezolanos asesinados y civiles
secuestrados en las distintas incursiones realizadas por la
narcoguerrilla terrorista colombiana a territorio venezolano, que ahora
disfrutan de estatus de protección política de este extraño Gobierno
venezolano.
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Por: Rafael Marrón
González -
Era domingo aquel 26 de febrero de 1995, a 13 años de hoy, veía la
programación de la mañana por un canal de TV que interrumpió su
transmisión para emitir el primer boletín de los varios que alarmaron
por su crudeza al pueblo venezolano. Ocho infantes de Marina habían sido
asesinados vilmente en un ataque nocturno de la infame narcoguerrilla
terrorista que desangra miserablemente en una espiral implacable de
violencia cobarde y delictiva al hermano país colombiano.
El motivo del ataque fue eliminar un puesto de vigilancia que impedía el
contrabando de gasolina venezolana indispensable para el procesamiento
de cocaína en territorio colombiano bajo sometimiento guerrillero. Las
imágenes que presenciamos los venezolanos, guiadas por José Vicente
Rangel, cuando era periodista y no había trasegado su dignidad al poder,
eran inauditas, los jóvenes patriotas que custodiaban las fronteras de
su país, presentaban entre trece y diecisiete tiros cada uno, y sus
gargantas habían sido cortadas para sacarles la lengua y dejárselas
colgando como dantescas corbatas, para la carcajada de la infamia. Fue,
según supimos después una prueba de “valor” para reclutas drogados que
debían demostrar ante la bestialidad de sus amos lo que eran capaces de
hacer contra el vencido y lo que debían esperar los pueblos de ambas
naciones si lograban sus objetivos. En declaraciones de prensa, dadas
algunos años después al periodista Roberto Giusti, el comandante Alexis,
el despreciable cabecilla de los homicidas, que hoy se encuentra a buen
recaudo en una celda de máxima seguridad de la prisión de La Picota,
informaba, para remarcar su desprecio por las Fuerzas Armadas
Venezolanas, que llevaron la libertad a su país, que habían encontrado a
los infantes de Marina “llorando en el baño”, y que a otro que se
escondía debajo de una cama lo mataron de un tiro en la nuca. Malditos
sean donde quiera que estén. Por eso me indigno cuando observo a este
insólito gobierno venezolano apurruñándose con esta salvaje camarilla de
delincuentes, a la que Chávez, con su discurso apologista, pretende
vendernos, a pesar de semejante crimen contra nuestros compatriotas,
como héroes “bolivarianos” que en nombre de la supuesta liberación de su
patria, que evidentemente, por el rechazo que reciben de su sociedad,
nadie les ha pedido, secuestran, asesinan misioneros de paz, trafican
drogas y lanzan bombas contra la inocente población civil, por lo que
han sido considerados terroristas de alta peligrosidad por todas las
civilizaciones del mundo y por el propio Gobierno de Colombia que como
tales, les ha declarado la guerra total. En justa retribución a este
apoyo, ya para vergüenza de la decencia nacional, los bestiales
terroristas elenos y faracos se confiesan símiles del pensamiento
bolivariano para degradación del egregio nombre de Bolívar. Algo
sumamente grave para la seguridad de los adversarios políticos y
disidentes de este gobierno, porque constituye una real amenaza dada las
características homicidas de este grupo irregular como lo pueden
aseverar las miles de víctimas inocentes de la sociedad civil colombiana
y los cientos de secuestrados que mantienen en su poder sin mencionar
los miles de niños mutilados por sus bombas “quiebrapatas”.
La prensa nacional reseñó así la noticia“Como “un típico acto de
graduación de las guerrillas colombianas” y el más grave ataque contra
efectivos venezolanos en por lo menos cuatro años, fue calificada la
incursión contra el puesto fluvial de la Armada en Cararabo, sobre el
río Meta, en el estado Apure, que dejó como saldo ocho infantes de
marina muertos, cuatro heridos y tres desaparecidos, confirmó ayer el
Gobierno nacional. Utilizando el factor sorpresa, cerca de setenta
irregulares colombianos tomaron por asalto el puesto fronterizo
venezolano y, apertrechados con armas largas, morteros y cohetes,
arremetieron contra los efectivos de la Armada. Los guerrilleros
asesinaron a los cuatro centinelas y, una vez dentro de las
instalaciones, dieron muerte a otros cuatro efectivos. Sustrajeron dos
lanchas, alimentos, medicinas, armamento y municiones. Dos de los
soldados que murieron en el ataque fueron abiertos con armas blancas, lo
que demuestra la forma criminal y el ensañamiento con que actuaron para
apoderarse del puesto fronterizo. Además se supo que los irregulares
dieron un tiro de gracia a un infante de marina que trataba de ocultarse
debajo de una cama. El ataque fue interpretado como “un típico acto de
graduación de la guerrilla colombiana”, que realiza este tipo de
incursiones como un bautizo de fuego para demostrar la capacidad
ofensiva de sus nuevos miembros, según voceros militares. (…) La Armada
emitió un pronunciamiento sobre el incidente, que calificó como “un
cobarde ataque perpetrados por bandoleros colombianos”.
El presidente de Colombia declaró El presidente de Colombia, para aquel
entonces Ernesto Samper Pizano, en comunicado entregado a la prensa
internacional, señaló que: “El Gobierno de Colombia expresa su
indignación y rechazo por la matanza de los ocho infantes de Marina
venezolanos ocurrida en la mañana de ayer en la localidad de Cararabo,
en vecindades de Puerto Páez, y manifiesta asimismo su condolencia al
pueblo hermano de Venezuela, a su gobierno y a sus Fuerzas Armadas, y
reitera su firme decisión de combatir todas las modalidades de
criminalidad que amenazan con propagar la intranquilidad y la violencia
en la zona de frontera”.
El Ejército colombiano vengó a los nuestros liquidando a cuatro de los
asesinos.Días después del atentado la prensa colombiana destacó: “Cuatro
guerrilleros de la columna Domingo Laín, del Ejército de Liberación
Nacional (ELN) que participaron en el ataque contra la Infantería de
Marina de Venezuela, en el puesto de Cararabo, fueron liquidados en un
enfrentamiento, informó el ministro interino de Defensa y comandante de
las fuerzas militares de Colombia, general Harold Bedoya Pizarro, citado
por la agencia AP. Los guerrilleros murieron en un enfrentamiento con
el Ejército cerca de Puerto Carreño, municipio del Departamento Vichada,
zona limítrofe con Venezuela, del río Orinoco. Los muertos y otro que
fue capturado, fueron parte de la columna que asesinó a ocho infantes de
Marina venezolanos el 26 de febrero de 1995, según un informe de la IV
División del Ejército. “Esta es una buena respuesta para los grupos que
quieren desestabilizar las relaciones entre los dos países”, agregó.
Bedoya también descartó que los ataques de grupos guerrilleros
colombianos, en la frontera con Venezuela, provoquen una guerra entre
los dos países. “La guerrilla quiere crearle a Colombia y a los
colombianos un problema internacional”, afirmó el ministro en un debate
sobre la paz, efectuado en la Cámara de Representantes. “Ese es el
objetivo del ELN y de las FARC, que en los últimos tres años han
perpetrado 10 ataques en territorio de Venezuela, con un saldo de 21
militares venezolanos muertos”. Los militares y civiles de ambos países
estamos convencidos de que nadie puede desestabilizar nuestras
excelentes relaciones, pero advirtió al Congreso que para favorecer un
clima de paz las Fuerzas Armadas colombianas no pueden permanecer
pasivas ante la ofensiva de la guerrilla a través de la frontera. Cómo
no combatir estos grupos que quieren acabar con el Estado y
desestabilizar nuestras relaciones internacionales. Para hacer la paz
hay que hacerle la guerra a los terroristas, dijo el jefe militar”.
Habla el “comandante” AlexisEl periodista Roberto Giusti viajó a la zona
guerrillera en Colombia y logró entrevistar al comandante Alexis, quien
luego caería en poder del Ejército colombiano: -¿Qué buscan ustedes en
Venezuela? ¿Sostén económico para su guerra en Colombia, entorpecer la
democracia, la toma del poder? – Venezuela nos merece admiración y
aprecio como pueblo hermano. Nuestras acciones nunca han estado
dirigidas contra el pueblo venezolano, sino contra los grupos más
reaccionarios de las fuerzas militares y contra esos supuestos
ciudadanos venezolanos que hacen apología de la guerra.
Cuando ustedes matan ocho jóvenes venezolanos en Cararabo, ¿no están
matando a parte del pueblo venezolano?
- Es lamentable que existan fuerzas militares con gente no preparada. Yo
le voy a explicar claramente lo ocurrido en Cararabo, pues no quiero
que este hecho se tome como una agresión contra el pueblo venezolano,
así los militares sean también sus hijos, porque eso maccarthyza las
cosas. Los ataques nuestros contra la Guardia y el Ejército venezolanos
han sido en respuesta a la agresión histórica de esas Fuerzas Armadas
contra el pueblo colombiano. Hemos actuado como ejército revolucionario
popular ante incontables agresiones, penetraciones en territorio
colombiano, quema de viviendas.
¿Pero justifica eso la muerte de ocho jóvenes venezolanos?
- No la estoy justificando, pero debe quedar claro que la respuesta
militar que le damos a las Fuerzas Armadas venezolanas es por su
agresión contra nuestro pueblo. No estamos interesados en ir a pelear
con ellos allá, ni construir el socialismo en Venezuela, porque eso le
corresponde a los hijos de Venezuela: desarrollar su propia revolución.
Nosotros estamos haciendo la nuestra, a la colombiana, para nuestro
país, aunque nos solidarizaremos con los países que desarrollen su
propio proceso de liberación.
- Yo le preguntaba por los ocho jóvenes venezolanos muertos en un ataque
del ELN
- El Ejército venezolano que estaba en Cararabo era convencional. Las
armas que tenían allí y que recuperamos demuestran que se preparaba una
avanzada, incluso para un conflicto internacional. Era una base militar
lista para la guerra. – ¿Para invadir a Colombia?
- No estamos hablando de una invasión, pero se trataba de un fuerte
militar con toda la capacidad bélico logística y que debía tener un
ejército entrenado, porque no puede ser que haya soldados allí, sin
preparación, para manejar armas del calibre y el poder que encontramos”.
Correo del Caroní ratifica su solidaridad con la memoria de las
víctimas.
Los soldados venezolanos, cuyas edades oscilaban entre los 25 y 28 años,
vilmente asesinados por la narcoguerrilla terrorista colombiana, en un
operativo destinado a la eliminación del obstáculo que impedía el libre
tránsito del contrabando de gasolina, recurso indispensable para
sintetizar cocaína, respondían a los siguientes nombres: Sargento
técnico de primera José Orlando Colmenares Zambrano; sargento segundo
José Gregorio Armada Aponte; cabo segundo José Ascanio Aponte, C/s
Hernán Eloy Graterol Tovar, C/s Jacinto Viloria Pereira, C/s Nelson
Gregorio Contreras; distinguido Félix Ramón Guarenas Silva y Distinguido
Cándido Arenas Méndez. Pero, además de los mencionados, vaya nuestra
memoria a las decenas de militares venezolanos asesinados y civiles
secuestrados en las distintas incursiones realizadas por la
narcoguerrilla terrorista colombiana a territorio venezolano, que ahora
disfrutan de estatus de protección política de este extraño Gobierno
venezolano.
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Por: Rafael Marrón
González -
Era domingo aquel 26 de febrero de 1995, a 13 años de hoy, veía la
programación de la mañana por un canal de TV que interrumpió su
transmisión para emitir el primer boletín de los varios que alarmaron
por su crudeza al pueblo venezolano. Ocho infantes de Marina habían sido
asesinados vilmente en un ataque nocturno de la infame narcoguerrilla
terrorista que desangra miserablemente en una espiral implacable de
violencia cobarde y delictiva al hermano país colombiano.
El motivo del ataque fue eliminar un puesto de vigilancia que impedía el
contrabando de gasolina venezolana indispensable para el procesamiento
de cocaína en territorio colombiano bajo sometimiento guerrillero. Las
imágenes que presenciamos los venezolanos, guiadas por José Vicente
Rangel, cuando era periodista y no había trasegado su dignidad al poder,
eran inauditas, los jóvenes patriotas que custodiaban las fronteras de
su país, presentaban entre trece y diecisiete tiros cada uno, y sus
gargantas habían sido cortadas para sacarles la lengua y dejárselas
colgando como dantescas corbatas, para la carcajada de la infamia. Fue,
según supimos después una prueba de “valor” para reclutas drogados que
debían demostrar ante la bestialidad de sus amos lo que eran capaces de
hacer contra el vencido y lo que debían esperar los pueblos de ambas
naciones si lograban sus objetivos. En declaraciones de prensa, dadas
algunos años después al periodista Roberto Giusti, el comandante Alexis,
el despreciable cabecilla de los homicidas, que hoy se encuentra a buen
recaudo en una celda de máxima seguridad de la prisión de La Picota,
informaba, para remarcar su desprecio por las Fuerzas Armadas
Venezolanas, que llevaron la libertad a su país, que habían encontrado a
los infantes de Marina “llorando en el baño”, y que a otro que se
escondía debajo de una cama lo mataron de un tiro en la nuca. Malditos
sean donde quiera que estén. Por eso me indigno cuando observo a este
insólito gobierno venezolano apurruñándose con esta salvaje camarilla de
delincuentes, a la que Chávez, con su discurso apologista, pretende
vendernos, a pesar de semejante crimen contra nuestros compatriotas,
como héroes “bolivarianos” que en nombre de la supuesta liberación de su
patria, que evidentemente, por el rechazo que reciben de su sociedad,
nadie les ha pedido, secuestran, asesinan misioneros de paz, trafican
drogas y lanzan bombas contra la inocente población civil, por lo que
han sido considerados terroristas de alta peligrosidad por todas las
civilizaciones del mundo y por el propio Gobierno de Colombia que como
tales, les ha declarado la guerra total. En justa retribución a este
apoyo, ya para vergüenza de la decencia nacional, los bestiales
terroristas elenos y faracos se confiesan símiles del pensamiento
bolivariano para degradación del egregio nombre de Bolívar. Algo
sumamente grave para la seguridad de los adversarios políticos y
disidentes de este gobierno, porque constituye una real amenaza dada las
características homicidas de este grupo irregular como lo pueden
aseverar las miles de víctimas inocentes de la sociedad civil colombiana
y los cientos de secuestrados que mantienen en su poder sin mencionar
los miles de niños mutilados por sus bombas “quiebrapatas”.
La prensa nacional reseñó así la noticia“Como “un típico acto de
graduación de las guerrillas colombianas” y el más grave ataque contra
efectivos venezolanos en por lo menos cuatro años, fue calificada la
incursión contra el puesto fluvial de la Armada en Cararabo, sobre el
río Meta, en el estado Apure, que dejó como saldo ocho infantes de
marina muertos, cuatro heridos y tres desaparecidos, confirmó ayer el
Gobierno nacional. Utilizando el factor sorpresa, cerca de setenta
irregulares colombianos tomaron por asalto el puesto fronterizo
venezolano y, apertrechados con armas largas, morteros y cohetes,
arremetieron contra los efectivos de la Armada. Los guerrilleros
asesinaron a los cuatro centinelas y, una vez dentro de las
instalaciones, dieron muerte a otros cuatro efectivos. Sustrajeron dos
lanchas, alimentos, medicinas, armamento y municiones. Dos de los
soldados que murieron en el ataque fueron abiertos con armas blancas, lo
que demuestra la forma criminal y el ensañamiento con que actuaron para
apoderarse del puesto fronterizo. Además se supo que los irregulares
dieron un tiro de gracia a un infante de marina que trataba de ocultarse
debajo de una cama. El ataque fue interpretado como “un típico acto de
graduación de la guerrilla colombiana”, que realiza este tipo de
incursiones como un bautizo de fuego para demostrar la capacidad
ofensiva de sus nuevos miembros, según voceros militares. (…) La Armada
emitió un pronunciamiento sobre el incidente, que calificó como “un
cobarde ataque perpetrados por bandoleros colombianos”.
El presidente de Colombia declaró El presidente de Colombia, para aquel
entonces Ernesto Samper Pizano, en comunicado entregado a la prensa
internacional, señaló que: “El Gobierno de Colombia expresa su
indignación y rechazo por la matanza de los ocho infantes de Marina
venezolanos ocurrida en la mañana de ayer en la localidad de Cararabo,
en vecindades de Puerto Páez, y manifiesta asimismo su condolencia al
pueblo hermano de Venezuela, a su gobierno y a sus Fuerzas Armadas, y
reitera su firme decisión de combatir todas las modalidades de
criminalidad que amenazan con propagar la intranquilidad y la violencia
en la zona de frontera”.
El Ejército colombiano vengó a los nuestros liquidando a cuatro de los
asesinos.Días después del atentado la prensa colombiana destacó: “Cuatro
guerrilleros de la columna Domingo Laín, del Ejército de Liberación
Nacional (ELN) que participaron en el ataque contra la Infantería de
Marina de Venezuela, en el puesto de Cararabo, fueron liquidados en un
enfrentamiento, informó el ministro interino de Defensa y comandante de
las fuerzas militares de Colombia, general Harold Bedoya Pizarro, citado
por la agencia AP. Los guerrilleros murieron en un enfrentamiento con
el Ejército cerca de Puerto Carreño, municipio del Departamento Vichada,
zona limítrofe con Venezuela, del río Orinoco. Los muertos y otro que
fue capturado, fueron parte de la columna que asesinó a ocho infantes de
Marina venezolanos el 26 de febrero de 1995, según un informe de la IV
División del Ejército. “Esta es una buena respuesta para los grupos que
quieren desestabilizar las relaciones entre los dos países”, agregó.
Bedoya también descartó que los ataques de grupos guerrilleros
colombianos, en la frontera con Venezuela, provoquen una guerra entre
los dos países. “La guerrilla quiere crearle a Colombia y a los
colombianos un problema internacional”, afirmó el ministro en un debate
sobre la paz, efectuado en la Cámara de Representantes. “Ese es el
objetivo del ELN y de las FARC, que en los últimos tres años han
perpetrado 10 ataques en territorio de Venezuela, con un saldo de 21
militares venezolanos muertos”. Los militares y civiles de ambos países
estamos convencidos de que nadie puede desestabilizar nuestras
excelentes relaciones, pero advirtió al Congreso que para favorecer un
clima de paz las Fuerzas Armadas colombianas no pueden permanecer
pasivas ante la ofensiva de la guerrilla a través de la frontera. Cómo
no combatir estos grupos que quieren acabar con el Estado y
desestabilizar nuestras relaciones internacionales. Para hacer la paz
hay que hacerle la guerra a los terroristas, dijo el jefe militar”.
Habla el “comandante” AlexisEl periodista Roberto Giusti viajó a la zona
guerrillera en Colombia y logró entrevistar al comandante Alexis, quien
luego caería en poder del Ejército colombiano: -¿Qué buscan ustedes en
Venezuela? ¿Sostén económico para su guerra en Colombia, entorpecer la
democracia, la toma del poder? – Venezuela nos merece admiración y
aprecio como pueblo hermano. Nuestras acciones nunca han estado
dirigidas contra el pueblo venezolano, sino contra los grupos más
reaccionarios de las fuerzas militares y contra esos supuestos
ciudadanos venezolanos que hacen apología de la guerra.
Cuando ustedes matan ocho jóvenes venezolanos en Cararabo, ¿no están
matando a parte del pueblo venezolano?
- Es lamentable que existan fuerzas militares con gente no preparada. Yo
le voy a explicar claramente lo ocurrido en Cararabo, pues no quiero
que este hecho se tome como una agresión contra el pueblo venezolano,
así los militares sean también sus hijos, porque eso maccarthyza las
cosas. Los ataques nuestros contra la Guardia y el Ejército venezolanos
han sido en respuesta a la agresión histórica de esas Fuerzas Armadas
contra el pueblo colombiano. Hemos actuado como ejército revolucionario
popular ante incontables agresiones, penetraciones en territorio
colombiano, quema de viviendas.
¿Pero justifica eso la muerte de ocho jóvenes venezolanos?
- No la estoy justificando, pero debe quedar claro que la respuesta
militar que le damos a las Fuerzas Armadas venezolanas es por su
agresión contra nuestro pueblo. No estamos interesados en ir a pelear
con ellos allá, ni construir el socialismo en Venezuela, porque eso le
corresponde a los hijos de Venezuela: desarrollar su propia revolución.
Nosotros estamos haciendo la nuestra, a la colombiana, para nuestro
país, aunque nos solidarizaremos con los países que desarrollen su
propio proceso de liberación.
- Yo le preguntaba por los ocho jóvenes venezolanos muertos en un ataque
del ELN
- El Ejército venezolano que estaba en Cararabo era convencional. Las
armas que tenían allí y que recuperamos demuestran que se preparaba una
avanzada, incluso para un conflicto internacional. Era una base militar
lista para la guerra. – ¿Para invadir a Colombia?
- No estamos hablando de una invasión, pero se trataba de un fuerte
militar con toda la capacidad bélico logística y que debía tener un
ejército entrenado, porque no puede ser que haya soldados allí, sin
preparación, para manejar armas del calibre y el poder que encontramos”.
Correo del Caroní ratifica su solidaridad con la memoria de las
víctimas.
Los soldados venezolanos, cuyas edades oscilaban entre los 25 y 28 años,
vilmente asesinados por la narcoguerrilla terrorista colombiana, en un
operativo destinado a la eliminación del obstáculo que impedía el libre
tránsito del contrabando de gasolina, recurso indispensable para
sintetizar cocaína, respondían a los siguientes nombres: Sargento
técnico de primera José Orlando Colmenares Zambrano; sargento segundo
José Gregorio Armada Aponte; cabo segundo José Ascanio Aponte, C/s
Hernán Eloy Graterol Tovar, C/s Jacinto Viloria Pereira, C/s Nelson
Gregorio Contreras; distinguido Félix Ramón Guarenas Silva y Distinguido
Cándido Arenas Méndez. Pero, además de los mencionados, vaya nuestra
memoria a las decenas de militares venezolanos asesinados y civiles
secuestrados en las distintas incursiones realizadas por la
narcoguerrilla terrorista colombiana a territorio venezolano, que ahora
disfrutan de estatus de protección política de este extraño Gobierno
venezolano.
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