A la historia

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domingo, 6 de septiembre de 2015

Analuisa Llovera, una valiente venezolana




Por: Alberto Jordán Hernández

La primera reportera y primera presidenta de los periodistas, piensa que el gremio no está cumpliendo a cabalidad con el papel que le corresponde y tampoco con la función crítica a que está obligado.

Desde su refugio en Maracay, la querida dirigente gremial, cuenta aspectos de su vida, digna y ejemplar.

Analuisa Llovera es realmente una venezolana singular. No sólo ha estado en primera fila en grandes luchas y acontecimientos, haciendo destacar su diminuta figura, sino que ha sido la pionera en eso de la igualdad de la mujer, en cuanto a sus derechos en relación con el hombre. Así, fue la primera mujer en juramentarse como diputada y concejal; la primera reportera, la primera presidenta de los periodistas, y también la primera en presidir a nivel nacional, el Tribunal Disciplinario del gremio.

Diputadas, concejales, y –sobretodo- reporteras, ha habido muchas después. Y no está lejano el día en que el gremio de periodistas, así como su Tribunal Disciplinario, a nivel nacional, lo presidan mujeres. Lo que si creemos muy difícil es que algún venezolano se atreva a transmitir lo que se dice en vivo y en directo por televisión a todo el país, la recordaron, en términos tan crudos como lo hizo Analuisa, de la progenitora de un expresidente, desde la propia sala de audiencias de la Corte Suprema de Justicia.

La teleaudiencia de Venevisión, que seguía atenta las incidencias que reseñaba Oscar Yánez de la comparencia del exdictador Marcos Pérez Jiménez al máximo Tribunal de la República, que lo enjuiciaba, ha debido quedar pasmada aquella mañana de uno de los años del 60, cuando irrumpió aquella "chaparrita" y después de arrebatarle el micrófono al diputado copeyano, gritó a todo pulmón:

¿¡Abajo Pérez Jiménez, ladrón, asesino, hijo de p…!

No se supo si la señal de la televisión se cayó por el sobremodulaje o si se cayó porque el nerviosismo de los técnicos así lo decidió. Lo cierto que hasta ese momento dura la transmisión y la planta tuvo que pagar bien caro esa improvisada "cuña" de cinco segundos (fue multada con Bs. 22.000 por el entonces Ministerio de Comunicaciones).

NO solo le había dado un tubazo en sus propias narices, al Rey de las primicias que era Oscar Yánez, quien cuando no las tenía las inventaba, sino solo después de abandonar, con la serena tranquilidad de quien no ha roto un plato, el sagrado recinto tribunalicio, los porteros de la Suprema Corte se percataron que una dama había penetrado en pantalones –cosa que no estaba permitida- y los del Congreso, que esa misma mujer había estacionado su pequeño automóvil en el sitio asignado al presidente del Parlamento.

Meciéndose en un chinchorro apureño del barrio "El Limón" (de Maracay), Analuisa Llovera celebra la ocurrencia –una entre mil- cuando hurgamos en sus recuerdos, para esta entrevista.

NACIO DONDE MURIÓ GUARDAJUMO

Entre la gente mayor todavía se suele escuchar, cuando se señala a alguien que es muy malo, la expresión "es más malo que Guardajumo". Con ese sobrenombre se conocía a un tristemente célebre bandido que en sus andanzas causaba estragos en los llanos. Lo relacionamos con esta entrevista, solamente, porque en el sitio donde fue ahorcado aquel personaje, para que pagara por sus maldades, y que se conocía –porque ya no existe- como "La Horca", nació Analuisa Lloverá.

Yo vine al mundo en una carretera –dice y echa el cuento.

Resulta que su padre era un luchador antigomecista y hasta "El Rastro", donde vivía, le llegaron noticias de un alzamiento en Calabozo. Sin pensarlo mucho, metió a la familia en su carreta y emprendió el viaje. A doña Ana María Álvarez de Llovera se le adelantó el parto y así Analuisa nació en esas circunstancias, un día de La Candelaria -2 de febrero de 1913.

"Tengo 74 años y aspiro vivir hasta el año dos mil, si es que para entonces estoy lúcida, de lo contrario, preferiría no llegar hasta esa fecha".

Entre el Guárico y Caracas pasa su infancia y juventud. Tempranamente la toca la política por la influencia del padre que, como dijimos, era un luchador antigomecista y comparte la actividad con sus inquietudes literarias. A la muerte de Gómez ingresa a ORVE, la génesis de Acción Democrática; luego pasa al PDN y después participa en la fundación del partido blanco, en donde llega a tener gran figuración.

"Moriré siendo Adela, aunque desde algún tiempo estoy marginada de la militancia; sin embargo, seguiré votando por AD, aunque tenga que hacerlo con un pañuelo en la nariz, porque no me guste el candidato".

Recuerda que cuando la represión desatada por el régimen del general Eleazar López Contreras, ella fue contacto de Rómulo Betancourt. Desde entonces nació entre ellos una gran amistad que solo se vio turbada por la apasionada defensa que asume Analuisa de los periodistas, en los difíciles años de la década del 60, cuando presidía la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP). Periodistas de izquierda eran perseguidos por el gobierno y la dirigente gremial, figura importante del partido oficial, del cual había sido diputada, concejal y miembro de la dirección nacional, no vaciló en reclamarle con su característica valentía, al caudillo guatireño, por la persecución de sus colegas.

TU DEJAS EL CARNET DEL PARTIDO A LAS PUERTAS DE LA AVP

Muchos fueron los encontronazos de Analuisa con su amigo el Presidente. Cada vez que caía preso un periodista o alguien del gremio era perseguido, iba a Miraflores, a donde entraba como "Pedro por su casa". Cuando se rumoraba un allanamiento a la sede de la AVP, ocurrió el choque que los distanció por algún tiempo.

Es que tu –le increpó Betancourt, cuando se le enfrentó- dejas el carnet del partido a las puertas de la AVP, cuando entras en ella.

Porque primero que todo, yo soy periodista y presidenta de la AVP –le respondió ella sin inmutarse.

Entonces no tenemos nada que hablar –casi le grita el Presidente.

Ni siquiera me había mandado a sentar y yo, de pie, le dije: "entonces, nada tenemos que hablar", di la vuelta y me regresé a la AVP.

(El allanamiento a la casa periodística no se dio y ha debido ser una mortificación para el Presidente, cada vez que caía preso un periodista.

¿Duró mucho el distanciamiento?

"Cuando hubo el atentado de Los Próceres (del cual milagrosamente sale con vida Betancourt), yo lo fui visitar. Tan pronto me vio entrar, me mostró sus dos manos cubiertas con gruesas gasas y me dijo":

"Ya tu ves Analuisa". Quizá me quería significar con sus palabras, el por qué de la represión de su gobierno.

¿Qué piensa esta dirigente ahora del gremio que ella fundó y al que se dedicó con todo amor?
Pienso que no está cumpliendo a cabalidad con el papel que le corresponde en estos momentos. Se ha burocratizado mucho y ya no tiene el empuje que tuvo. No está cumpliendo la función crítica en la medida en que creo que está obligada.

Analuisa –debemos seguirla nombrando así, simplemente, porque así es como se le conoce y trata en el gremio- fue contagiada por ese mal que llaman periodismo, en su tierra guariqueña. En Calabozo, que fue la capital de ese estado, llegaron a publicarse, en su época, un diario y tres semanarios. En ellos escribía la joven Llovera Álvarez con seudónimos, temas relacionados con la mujer –nada de modas, recetas de cocina o cosas de belleza.

Cuando se vino a Caracas y a la muerte de Gómez, comenzó a escribir en los periódicos de la capital con el seudónimo de Teresa Jiménez (el "Teresa" ha debido ser por Teresa de La Parra).

Cuando se fundó Ultimas Noticias, Kotepa Delgado –que era su subdirector- la llamó a trabajar allí y la lanzó a la calle, a buscar noticias, cosa que no era común –eso de reportear- y menos en una mujer. De allí, "el partido me llamó para que ejerciera la jefatura de información de El País. Aquí participa en otra innovación: la crónica parlamentaria. Es decir, que también fue nuestra primera cronista parlamentaria.

Ingresa al "Augusteo" –nuestro primer instituto de periodismo- y al crear Rómulo Betancourt la Escuela de Periodismo que está cumpliendo 40 años, se inscribe en ella y egresa en la promoción "Leoncio Martínez", esa que un tanto despectivamente se conoce como "promoción golilla" por haberse graduado en dos años, pero si se revisa la lista de graduados se verá que el título de periodistas ya se lo habían ganado desde hacía mucho tiempo.

Desde el exilio, primero en México y después en Europa, Analuisa trabaja para El Nacional y en España se hace periodista "por la gracia de Dios", así dice el título universitario.

Pero no conforme con eso, cuando regresa al país, derribada la dictadura, vuelve a la Escuela de Periodismo y obtiene su licenciatura.

A los dos días de haber regresado, Oscar Yánez –el mismo a quien le haría pasar un mal rato en la transmisión televisiva de la Corte Suprema –me llama para que trabaje en Ultimas Noticias. Vuelvo a la crónica parlamentaria y también cubro Concejo Municipal y la fuente de economía.

SECRETARIA DE GALLEGOS

La caída del gobierno presidido por don Rómulo gallego, el 24 de noviembre de 1948, marca el inicio de una década negra para la historia democrática, con la instauración de una dictadura militar. El golpe que derrocó al ilustre novelista sorprendió a Analuisa Lloverá en la Casa Nacional de AD y logra escapar a la persecución desatada sólo por algunos días.

La hacen presa saliendo de la universidad y la llevan a la cárcel del Obispo.

"Me encierran con 68 prostitutas que padecían enfermedades venéreas. Ellas limpiaban el piso para que yo me acostara sin contagiarme".

"Allí me mantuvieron por 12 días y después me trasladaron a la Cárcel Modelo. Un médico amigo, Héctor Landaeta Payares se moviliza y logra que la confinen en Guanare. Gobernaba Portuguesa un hombre que había sido sub-secretario de la Cámara de Diputados, de la cual ella formaba parte.

"El Congreso lo presidía Marco Briceño Iragorri y él le había dado instrucciones a este señor, como a todos los funcionarios del Parlamento, para que cuando yo lo solicitara me dejaran pasar, sin necesidad de anunciarme". "Ella no necesita pedir audiencia para verme". " Imaginate ese señor es el que me recibe".

De Guanare logra que la confinen a su propio pueblo, Calabozo, pero no va durar mucho tiempo, porque después la detienen otra vez y la remiten nuevamente a la Modelo, de donde es enviada al exilio, primero a Cuba.

"Nos metieron en un avión que se "espaturró" al aterrizar de emergencia en Camaguey. Por poco nos matamos".

En La Habana se consigue casi todo el gabinete de Gallegos y numerosos parlamentarios y dirigentes de su partido. De aquí viaja a México en donde permanece cuatro años primero y luego se va a Europa, recorre varios países y se establece en España para regresar de nuevo a México. En ese país llega a estar muy cerca de Gallegos y le sirve de secretaria.

"Yo le pasé a máquina su último libro: Una brizna de paja en el viento".

En la casa donde vivía Gallegos, en el año nuevo de 1958, reciben la noticia del alzamiento de la aviación contra Pérez Jiménez.

"Me acuerdo que un Senador mexicano de apellido Rodríguez llamó por teléfono a Gallegos. El teléfono estaba colocado en la pared y Gallegos por poco se desmaya cuando hablaba. Yo le acerqué una silla para que se sentara".

"¿Seguro Senador?¿Pero es noticia de buena fuente? –preguntaba angustiado el maestro. Allí comenzó la alegría, aunque Gallegos no ocultaba su tristeza por la pérdida de su esposa doña Teotiste. Las noticias que nos continuaron llegando eran optimistas y, en efecto, el 23 de enero nos anunciaron la huida del dictador".

AMIGA DE LOS PRESIDENTES DE LA DEMOCRACIA

Analuisa Llovera ha sido amiga de todos los presidentes que ha tenido la democracia, pero ha estado más cerca de Betancourt, Gallegos y Leoni. Sin embargo, pese a eso y a su alta figuración en AD, aparte de la diputación y la concejalía, no llega a ocupar altos cargos en los gobiernos de su partido. Aunque parezca curioso, fue un copeyano quien le llamó para que ejerciera el modesto cargo de jefa de prensa de un ministerio (Fomento). Fue Lorenzo Fernández y después Godofredo González la ratificó.

Ha vivido siempre del periodismo, todavía escribe columnas para algunos periódicos. Sus únicos bienes de fortuna son un apartamento que compró en Parque Central hace muchos años y el cual quiere donar al Instituto de Previsión Social del Periodista ("para que instalen una biblioteca o lo que sea") y la modesta casa donde vive en Maracay.

La trayectoria de esta mujer es imposible recogerla en un reportaje. Testigo, actriz de grandes acontecimientos de la historia contemporánea, esta mujer todavía no ha recibido el reconocimiento que se merece. Sin embargo, el homenaje que le tributaron los gremios periodísticos en la ocasión de cumplir sus 70 años.

Ese homenaje –dijo Gilberto Alcalá, entonces presidente del CNP es expresión de lo que podemos reconocer en ti como ejemplo de honestidad, de vocación, de combatividad, de defensora incesante de los problemas gremiales, de irrenunciable actitud contra lo antiestético o lo inmoral, de incansable guía de la conducción de nuestros destinos institucionales… tu figura de mujer ejemplar en la actividad política por los problemas sociales de los venezolanos no ha sido ni debe ser un simple punto de referencia en tu trayectoria, sino que debemos asimilarlo como una lección para el incesante trabajo desde los cargos directivos, en militancia, o como ciudadanos comprometidos con el porvenir de Venezuela.

Y cerramos con este comentario de su "compañerito" Omar Pérez:

"Su guerra ha sido intensa. No ha dado cuartel. No se ha rendido. Cuando las fuerzas enemigas consiguen debilitar algún flanco, tenaz, valiente y original, mantiene abierto el foco de la guerrilla y aprovecha la más mínima oportunidad para enarbolar sus banderas, que son las de la dignidad, el correcto ejercicio de la profesión y la entereza para enfrentar al poderoso y denunciar su corrupción".

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*Alberto Jordán Hernández
Periodista- abogado. Ex – Secretario General del SNTP. Miembro del Tribunal Disciplinario Nacional. Artículo publicado en El Periodista, órgano del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela. Nº 81 / DICIEMBRE DE 1986

Analuisa Llovera: periodista gremialista que supo imponerse en su época

Analuisa Llovera: periodista gremialista que supo imponerse en su época
Una de mis historias preferidas del periodismo es la de Analuisa Llovera, adeca, directa y franca, muy grosera, baja de estatura y considerada la primera reportera en Venezuela y la primera que se dedicara a las crónicas parlamentarias. Pero su actividad política y la defensa en el ejercicio de la profesión la llevó a ser la primera mujer en la presidencia de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP) y del Tribunal Disciplinario del gremio, también en juramentarse como concejal y diputada en la Asamblea Constituyente de 1946.

Nació por circunstancias “políticas” de su padre, antigomecista, en una carretera por La Horca (caserío que ya no existe), cerca de Calabozo, estado Guárico, el 2 de febrero de 1913, fue también hija predilecta de Caracas y Maracay. Allí desarrolló su vida política y periodística, otra parte la tuvo en el exilio cuando fue derrocado Rómulo Gallegos.

Se dedicó a la política con ímpetu, como militante de Acción Democrática con quien estrechó lazos fraternos con otros líderes, entre ellos Rómulo Betancourt. Pero su pasión era el reporterismo, cubrir las noticias, fue pionera en salir con fotógrafo, cámara y libreta en mano. ¿Qué si tuvo problemas a la hora de reportear y acceder a la fuente? ¿Leyes que impedían su ejercicio profesional? ¿Disputas entre medios? ¿Escoltas o militares que bloquearan su paso para entrevistar? Es bueno recordar la historia de manos de sus protagonistas y así lo reseña en línea la UCAB, en un texto que apareció en la revista Comunicación N°43, octubre de 1983:
"Debo confesar que no. El país era modesto, sencillo. Los seres humanos también. No había guardianes, escoltas, patrullas. Los periodistas teníamos acceso limpio a las fuentes, contactos humanos, fuentes exclusivas en razón de afecto, de amistad. Eramos muy respetuosos de las fuentes, de los prestigios, de la verdad. No había mucha competencia noticiosa. Había interés normal por las exclusivas. Eramos otro país".
"Periodista sin moral hace más daño que hampón armado de chequera falsa".  Analuisa Llovera.

La primera vez que vi una foto de ella fue en el Colegio Nacional de Periodistas del estado Aragua, junto con otras grandes figuras. Me he topado con anécdotas sobre ella contadas por periodistas dedicados como Alberto Jordán Hernández, Omar Pérez “El Compañerito” y Marcos Guerrero Chacón, mi papá. También, leí en alguno de los libros de Eleazar Díaz Rangel, citas sobre ella.

ana luisa llovera

Particularmente recuerdo que una tarde, en la redacción del diario El Imparcial, decano de la prensa aragüeña, entre paredes azules llenas de reconocimientos de décadas, algunas máquinas Olivettis y escritorios vacíos pero con historia, papá recibió a Luis Guillermo Acosta, corresponsal por más de 20 años del diario El Nacional, en Maracay. Charlaron de todo pero sobresalía sin duda las historias sobre el verbo de “la chaparrita”, gritándole a más de uno “coño de madre” y defendiendo ante quien fuera a sus colegas, sin importar partido. Cuentan que le preguntaron más de una vez ¿por qué defendía a “esos comunistas”? y ella respondía: porque soy periodista. Cuando Betancourt era presidente, llegaba ella y sin mediar palabras entraba a Miraflores como si fuese su casa, en defensa de periodistas de izquierdas perseguidos en la década del 60. Él le reclamaba que “dejaba el carnet del partido a las puertas de la AVP” porque privilegiaba su defensa a los colegas que a la militancia.

Analuisa aprendió a escribir en máquina para copiar y reproducir versos contra Juan Vicente Gómez. Publicó para varios diarios guariqueños cuando era muy joven. A la muerte del caudillo, en 1935, ella se encontraba en Villa de Cura con fiebre palúdica pero apenas se recupera viaja a la capital venezolana y siguió escribiendo para varios periódicos bajo el seudónimo de "Teresa Jiménez".

A Caracas me voy. Allá hay protestas, marchas. Regresan los desterrados.

Estuvo en Últimas Noticias cuando Kotepa Delgado era subdirector. Trabajó en la fundación del diario El País, en 1943 y ejerció la Jefatura de Información. Encausó su lucha por la defensa de la libertad de expresión y de sus colegas, sin importar color político. Gremialista hasta el tuétano. Su actividad no se limitó únicamente a la AVP, el preámbulo del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), también fue fundadora de la Asociación Latinoamericana de Periodistas, hoy Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Lo cuenta así:
"Recuerdo perfectamente que fue en Caracas, en el Teatro Nacional tuvo lugar la III reunión, y que allí se aprobaron los Estatutos de la Asociación Latinoamericana de Periodistas. Recuerdo también que al año siguiente hubo otra reunión en Bogotá, a la cual también asistí, como Francisco J. Avila, y allí se convocó la reunión de Quito. Fue en Quito, precisamente donde la Asociación Latinoamericana de Periodistas se convirtió en Sociedad Interamericana de Prensa, y pasó de representar a los trabajadores de la prensa a servir los intereses de los editores de periódicos".

Ejerció sin graduarse, ningún pecado para la época. Pisa primero el Instituto de Periodismo Augusteo, donde también estuvo Oscar Yánez. Luego pasa a la Escuela de Periodismo de la UCV y egresa dos años después en la promoción Leoncio Martínez. En el exterior sigue trabajando como periodista, conoce a muchos exiliados y se vincula con la literatura, hasta fue secretaria de Rómulo Gallegos y le transcribió su última novela cuando ambos se encontraban México durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Al regresar a Venezuela, con la caída del dictador, ingresa de nuevo a la Escuela de Periodismo y obtiene su licenciatura.

Hay muchas historias que quedan sin contar pero debe ser obligatorio que todo el que egrese de una escuela de Comunicación Social también conozca la historia del periodismo. Mi reconocimiento es para esos viejos porque aún tenemos mucho que aprender de ellos, sobre valores, persistencia, humildad y trabajo. Sí, hay una historia. ‪#‎FelizDíaDelPeriodista‬



Fuentes:
El Cambur.com
CNP
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