CUMANÁ 06/08/1896 — CIUDAD DE MÉXICO 21/05/1955
Insigne poeta venezolano, miembro de la "Generación del 28". Sus padres fueron Luis Felipe Blanco y Dolores Meaño. Su infancia transcurre en la isla de Margarita hasta que se traslada a Caracas en 1908 para estudiar en el Colegio Nacional, regentado entonces por Luis Ezpelosín. Luego ingresa a la Universidad Central de Venezuela donde se gradúa de abogado en 1918. Desde joven mostró gran talento literario reconocido en diversos concursos. En tal sentido, uno de sus primeros poemas, "La espiga y el arado", fue premiado en los Juegos Florales de Ciudad Bolívar en 1916. En 1921, publica su primer libro Tierras que me oyeron; y en 1923, recibe el primer premio en concurso promovido por la Real Academia Española de la Lengua, en Santander (España), a la cual concurrió con su Canto a España, lo que le dio notoriedad internacional.
Casa natal de Andrés Eloy Blanco en Cumaná.
En 1928 forma parte del grupo de estudiantes universitarios que se alzaron en contra de la dictadura del Gral. Juan Vicente Gómez. Por tal motivo, entre 1928 y 1933, va a prisión en La Rotunda, y de allí al castillo Libertador de Puerto Cabello (1933-1934). En esos años de encarcelamiento dio muestras de gran fortaleza física y moral, ya que pese a tener pesados grillos en los pies, siguió produciendo originales escritos que luego sus hermanas se encargaban de pasar en limpio.
Enfermo fue confinado a Valera (1935). Mientras estuvo prisionero en las cárceles gomecistas estableció contacto con los campesinos y obreros analfabetas llevados a estas prisiones, los cuales inspiraron algunas de sus obras: Barco de Piedra, Malvina Recobrada (1937), Abigail (1937), Baedecker 2000 (1938) y Navegación de altura (1941].
En estos libros AEB empleó un tratamiento de la realidad que él mismo denominó como "colombismo", y que derivaba de una actitud descubridora del poeta en contacto con la realidad americana.
Monumento a Andrés Eloy Blanco en el Parque el Retiro de Madrid.
Después de la muerte de Juan Vicente Gómez (1935) milita en el Partido Democrático Nacional (PDN) y resulta electo presidente del entonces Concejo Municipal del Distrito Federal. También funda el semanario humorístico El Morrocoy Azul (1941). Es diputado por el Distrito Federal (1945) y presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (1946-1947). Electo ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Rómulo Gallegos, representa a Venezuela en la Asamblea de las Naciones Unidas (París 1948). Luego del derrocamiento de Gallegos (24.11.1948) es desterrado a Cuba y posteriormente a México, donde muere en un accidente automovilístico. Días antes publicó su obra " Giraluna".
En 1973, el entonces
Congreso Nacional editó las obras completas del poeta, en 10 volúmenes, 5
de los cuales recogen su labor periodística (crónicas y ensayos
cortos). En esta edición, también están contenidos sus discursos, que
son de calidad excelente, pues era un gran orador, acaso uno de los
mejores que ha tenido Venezuela en el siglo XX. Sus restos reposan en el
Panteón Nacional desde 1981.
Andrés Eloy Blanco.
Andrés Eloy Blanco quería su propia voz, como él mismo lo dijera en el prólogo a su libro Poda. Y para encontrarla debía ir a la más segura y pródiga fuente de inspiración: el pueblo, el paisaje de Venezuela y América. AEB atendió siempre a lo que decía la gente, la calle. De allí la gran popularidad de la cual gozó con sus versos.
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La Renuncia, de Andrés Eloy Blanco
He renunciado a ti. No era posible.
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...
He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;
Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;
Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.
He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...
He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!
Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...
He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;
Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;
Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.
He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...
He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!
Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...
Píntame angelitos negros
Mural en la plaza Andrés Eloy Blanco
en el centro de Caracas
¡Ah mundo! La Negra Juana,
¡la mano que le pasó!
Se le murió su negrito,
sí señor.
—Ay, compadrito del alma,
¡tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le acataba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco
como yo me iba poniendo.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendrá dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito del Cielo.
—Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.
Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo,
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.
¡la mano que le pasó!
Se le murió su negrito,
sí señor.
—Ay, compadrito del alma,
¡tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le acataba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco
como yo me iba poniendo.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendrá dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito del Cielo.
—Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.
Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo,
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.
Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
No hay pintor que pintara
angelitos de mi pueblo.
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo.
Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra,
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
No hay pintor que pintara
angelitos de mi pueblo.
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo.
Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra,
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.
Si al cielo voy algún día,
tengo que hallarte en el cielo,
angelitico del diablo,
serafín cucurusero.
Si sabes pintar tu tierra,
así has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
No hay una iglesia de rumbo,
no hay una iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
Y entonces, ¿adónde van,
angelitos de mi pueblo,
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?
Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo
y al lado del ángel rubio
y junto al ángel trigueño,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
tengo que hallarte en el cielo,
angelitico del diablo,
serafín cucurusero.
Si sabes pintar tu tierra,
así has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
No hay una iglesia de rumbo,
no hay una iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
Y entonces, ¿adónde van,
angelitos de mi pueblo,
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?
Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo
y al lado del ángel rubio
y junto al ángel trigueño,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
La loca Luz Caraballo
De Chachopo a Apartaderos |
Camina luz Caraballo |
con violetitas de Mayo |
con carneritos de Enero |
Inviernos del ventisquero |
farallón de los veranos |
con fríos cordilleranos |
con riscos y ajetreos |
se te van poniendo feos |
los deditos de tus manos |
La cumbre te circunscribe |
al solo aliento del nombre |
lo que te queda del hombre |
que quien sabe a donde fue |
Cinco años que no te escribe |
Diez años que no lo ves |
y entre golpes y traspiés |
persiguiendo tus ovejos |
se te van poniendo viejos |
los deditos de tus pies |
El hambre lleva en sus cachos |
algodón de sus corderos |
tu ilusión cuenta sombreros |
mientras tu cuentas muchachos |
una hembra y cuatro machos |
Subida, bajada, brinco |
y cuando pide tu ahínco |
frailejón para olvidarte |
la angustia se te reparte |
uno, dos, tres, cuatro, cinco |
Tu hija esta en su serrallo |
dos hijos se te murieron |
los otros dos se te fueron |
detrás de un hombre a caballos |
La Loca Luz Caraballo |
dice el decreto del juez |
porque te encontró una vez |
sin hijos y sin carnero |
contandito los luceros |
seis, siete, ocho, nueve, diez. |
Fuentes:
iuetab.tec.ve
Venezuela Tuya
revistavoces
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