RIA Novosti / Alexandr Poliakov
Mijaíl Gorbachov, premio Nobel de la Paz 1990, es una de las figuras
más destacadas y al mismo tiempo más contradictorias de la política del
siglo XX. Encabezó la Unión Soviética durante casi siete años en calidad
de secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la
Unión Soviética (1985-1991), el sexto en la historia del Estado, y como
presidente de la URSS (1990-1991), el primero y el último en la historia
del país.
Como cualquier persona destacada, Gorbachov cuenta tanto con
partidarios como con detractores. Los primeros lo consideran un
reformador legendario que llevó libertad y democracia a un país
“cerrado” y que creó los conceptos de “glásnost” (transparencia y
libertad de expresión) y “perestroika” (reconstrucción, reforma). Para
los segundos, es simplemente alguien que acabó con una superpotencia.
Sea como fuere, Gorbachov contribuyó a la transformación de todo el
panorama político internacional. A él se le atribuye la caída del muro
de Berlín y la finalización de la Guerra Fría.
Mijaíl Gorbachov nació el 2 de marzo de 1931 en Privólnoye, en la
región de Stávropol, en el suroeste de Rusia, en el seno de una familia
campesina. A la edad de 13 años empezó a trabajar en una granja
colectiva. A los 15 años se dedicó a conducir máquinas cosechadoras.
En 1950 ingresó en la facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Moscú y dos años más tarde se unió al Partido Comunista.
Contrajo matrimonio con Raísa Titarenko en 1953. Raísa, nacida en
Rubtsovsk, Siberia, conoció a Mijaíl mientras estudiaba sociología en la
Universidad Estatal de Moscú. Una vez se graduaron en 1955, los recién
casados se trasladaron a la región natal de Mijaíl Gorbachov, donde
Raísa comenzó a impartir clases de filosofía. En 1957 dio a luz a su
única hija, Irina, quien a su vez más tarde dio a la pareja dos nietas,
Ksenia y Anastasía.
Inicialmente carrera de Mijaíl Gorbachov estaba en la Fiscalía local
pero el joven optó por la política. Tardó 15 años en convertirse en el
primer secretario o, dicho de otra forma, en jefe del Partido Comunista
de la región. Poco después, en 1971, entró en el Comité Central del
Partido Comunista de la Unión Soviética.
Como máximo funcionario del poder en la región de Stávropol, Gorbachov
comenzó a aplicar métodos innovadores en la agricultura. En 1978 fue
trasladado a Moscú con el fin de hacerse cargo de la supervisión del
sector agrícola a nivel nacional.
Cuando Gorbachov volvió a Moscú como funcionario del Partido Comunista
de la Unión Soviética, Raísa se incorporó como lectora en la Universidad
Estatal de Moscú, puesto que abandonó cuando Mijaíl alcanzó el mando de
la Unión Soviética en 1985.
En 1980 Gorbachov fue elegido miembro del Buró Político, máximo órgano
del poder ejecutivo de la URSS. Con el apoyo de Yuri Andrópov, líder del país
entre los años 1982 y 1984 Gorbachov se convirtió en uno de los
políticos más visibles y activos del Buró. Junto con Andrópov, se
encargó de las reformas económicas y administrativas. Alrededor del 20 %
de los ministros del Gobierno fueron reemplazados durante este período,
en la mayoría de los casos, por especialistas jóvenes.
Con la muerte en 1984 de Andrópov, el gobierno del país recayó entonces en manos de Konstantín Chernenko
por un período de un año y veinticinco días. En 1985 Chernenko, de 74
años de edad, murió a causa de una grave enfermedad. El 11 de marzo de
1985, Mijaíl Gorbachov fue elegido secretario general del Comité Central
del Partido Comunista de la URSS, cargo que lo envistió como líder
supremo del país.
Al llegar al poder, Mijaíl Gorbachov anunció que su principal objetivo
eran las reformas. Apareció un nuevo concepto: la perestroika. El
término, que literalmente significa “reconstrucción”, correspondía a la
estrategia de reorganizar y modernizar tanto la esfera económica como
política.
En el sector económico, la perestroika suponía introducir en la URSS
varios elementos de la economía de mercado: independencia comercial y
autogestión financiera para manufacturas, aparición de cooperativas,
antecedentes de empresas privadas y la anulación de restricciones para
las operaciones con divisas. Por primera vez desde la Nueva Política Económica (NEP)
de los años 20 se autoriza en el país la iniciativa privada. Surgen
restaurantes, tiendas y otros negocios particulares, al mismo tiempo que
comienza la reestructuración de la mayor parte de las empresas públicas
(previamente el Estado socialista controlaba la economía a través de la
centralización determinando la asignación de recursos y los precios,
por lo que casi todas las empresas eran de propiedad estatal).
En el sector político, la perestroika trajo consigo un segundo concepto, glásnost,
es decir, transparencia y libertad de expresión. Con esta medida,
Gorbachov deseaba dar más libertad al pueblo. Se liberó a presos
políticos y se permitieron las manifestaciones de protesta en las
calles. Fue suavizada la censura, es decir, se redujo el control del
Partido Comunista sobre los medios de comunicación y la producción
artística. Fue un cambio radical puesto que el régimen soviético se
basaba en el control sobre las publicaciones y los discursos. La prensa
independiente comenzó a aparecer en la escena informativa. Durante el
mandato de Gorbachov, la URSS y los Estados Unidos realizaron varias
teleconferencias. En 1988 la Unión Soviética puso fin al bloqueo de
programas de estaciones de radio occidentales.
Gorbachov reformó también el poder. Introdujo elecciones libres en las
que podían participar varios candidatos, al contrario de la versión
soviética tradicional en la que existía solo una candidatura en la
lista, donde la única opción para el elector era marcar un sí. Entre el
25 de mayo y el 9 de junio de 1989 se celebró en Moscú el primer
Congreso de los Diputados del Pueblo de la URSS, el nuevo órgano supremo
legislativo del país formado tras los primeros comicios libres en la
nación.
En marzo de 1990 el Congreso de los Diputados del Pueblo aprobó
enmiendas para la Constitución del Estado que cambiaron el sistema
político del país. El 15 de marzo se introdujo el cargo de presidente.
Anteriormente, el título de jefe de Estado recaía en el secretario
general del Comité Central del Partido Comunista.
Según la Constitución, el presidente debía ser elegido a través de
votación directa de los ciudadanos del país. Pero como una excepción en
las primeras elecciones, participaron solo los miembros del Congreso.
Mijaíl Gorbachov fue elegido presidente de la URSS.
En la política internacional la doctrina principal fue la mejora de las
relaciones con los países capitalistas de Occidente y el desarme
nuclear.
En el año 1985 el Gobierno de la URSS declaró una moratoria sobre las
pruebas de armas nucleares. El 15 de enero de 1986 se publicó la
“Declaración del Gobierno Soviético” con el programa de desarme nuclear
completo que debería finalizar para el año 2000 y que contenía además un
llamado a los países del mundo para que apoyaran la moratoria y la
reducción del uso de este tipo de armas.
Entre el 30 y el 31 de julio de 1991, en Moscú Mijaíl Gorbachov y su
homólogo estadounidense, Ronald Reagan, firmaron el Tratado de Reducción
de Armas Estratégicas conocido como START-I. El acuerdo establecía
limitaciones a la cantidad de vehículos y cabezas nucleares que ambos
países podían poseer. El compromiso entró en vigor el 5 de diciembre de
1994, tres años después del colapso de la URSS.
El 12 de diciembre de 1979 la Unión Soviética tomó la decisión de
introducir tropas en Afganistán. Fue una de las etapas de la Guerra
Fría. El objetivo de la campaña era “fortalecer las fronteras
meridionales con el fin de tener un régimen ‘amigo’ en Afganistán, lo
que permitiría evitar una agresión desde el exterior”. La operación
desembocó en un largo conflicto armado entre el régimen gobernante
prosoviético, apoyado por las tropas de la URSS, y un ejército irregular
formado por Muyahidines y una parte de la sociedad afgana que se les
unió. En su lucha, los Muyahidines contaban con respaldo político y
financiero de varios países, principalmente de Arabia Saudí y EE. UU.
Mijaíl Gorbachov cambió la política de la URSS en cuanto a Afganistán.
En febrero de 1986 anunció la elaboración de un programa de retirada de
las tropas soviéticas del país.
En mayo de 1986, apoyado por la Unión Soviética, en Afganistán llegó al
poder Mohammad Najibulá. El nuevo líder del país introdujo una política
de “métodos pacíficos para resolver los problemas del interior del
Estado”. La estrategia recibió el nombre de “Reconciliación Nacional” y
tenía como objetivo solucionar el conflicto armado a través de
“negociaciones, amnistías y apertura política”.
En noviembre del mismo año, Mijaíl Gorbachov declaró: “Llevamos más de
seis años en la guerra afgana. Si no cambiamos los métodos, estaremos en
guerra 20 o 30 años más”. El mandatario anunció que las tropas
soviéticas se retirarían del país en los dos años siguientes. Para el 15
de febrero de 1989 todas las divisiones soviéticas habían abandonado
Afganistán.
Más de 15 000 efectivos soviéticos fallecieron en el país
centroasiático en 10 años. La década de la campaña militar costó a la
Unión Soviética unos 30 000 millones de dólares estadounidenses (según
valores del año 2008) en gastos militares y hasta 50 000 millones de
dólares en apoyo al Gobierno de Kabul.
Con Gorbachov en el poder, la URSS proclamó que no habría injerencia en
los asuntos internos de otros Estados, incluidos los países del Pacto de Varsovia.
La decisión de la Unión Soviética de terminar con la política que
mantenía con estos Estados desembocó en un cambio de poder en la mayoría
de los países socialistas.
Como consecuencia, en junio de 1989, Hungría eliminó la valla en sus
fronteras con su vecino occidental, Austria. El 11 de septiembre de 1989
se declaró la apertura de la frontera.
Los ciudadanos de la República Democrática Alemana
comenzaron a emigrar a través de Hungría a países europeos occidentales
con la esperanza de, desde allí, poder entrar en la República Federal
de Alemania. Entre el 11 y el 14 de septiembre de 1989 15 000 ciudadanos
de la República Democrática Alemana abandonaron el país. Las
autoridades de la RDA perdieron el control sobre la situación y el Muro de Berlín perdió su significado.
El 9 de noviembre de 1989, las autoridades de la RDA declararon que sus
ciudadanos podían obtener visados para visitar Berlín Occidental y la
República Federal de Alemania. Centenares de miles de alemanes
orientales, cansados de esperar la documentación necesaria, se
dirigieron espontáneamente a la frontera. Al principio, las tropas
fronterizas intentaron contener la marea humana pero terminaron por
abrir la frontera. Los residentes de Berlín Occidental, por su parte,
salieron para reunirse con sus vecinos que durante décadas se vieron
obligados a vivir en otro país.
La política firme de Mijaíl Gorbachov fue la pieza clave que evitó el
derramamiento de sangre y el factor decisivo para la caída del Muro y la
reunificación de Alemania.
El 10 de septiembre de 1990, Mijaíl Gorbachov mantuvo una conversación
telefónica con el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut
Kohl, y acordó la retirada completa de las tropas soviéticas de Alemania
para fines de 1994, tema que provocaba entonces máxima disconformidad
entre las partes involucradas durante décadas. El 12 de septiembre de
1990 se firmó en Moscú el convenio que recibió el nombre de “Tratado
sobre la Soberanía”. En el documento, los aliados en la Segunda Guerra
Mundial renunciaron a sus derechos sobre Alemania. El 3 de octubre de
1990 las dos Alemanias se reunieron oficialmente. El Muro de Berlín fue
destruido casi por completo, salvo varios fragmentos que decidieron
conservarse como monumentos conmemorativos.
La aspiración de Gorbachov de reformar la economía de la URSS determinó
en parte su política exterior y la estrategia de mejorar las relaciones
con los Estados Unidos. Uno de los objetivos fue reducir los gastos
militares que por aquel entonces suponían el 25 % del presupuesto
estatal.
El primer encuentro entre Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan, el entonces
presidente de EE. UU., tuvo lugar en Ginebra, Suiza, en el otoño de
1985. En octubre de 1986, en Reikiavik, Islandia, la URSS declaró por
primera vez estar dispuesta a hacer concesiones importantes a sus
adversarios. Desde 1987 la tensión entre las dos superpotencias empezó a
suavizarse para desaparecer casi por completo en los años siguientes.
El 7 de diciembre de 1987 se firmó en Washington el histórico Tratado de
Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance.
El 21 de noviembre de 1990 se firmó en París la Carta para una Nueva
Europa, que puso el punto de partida a una nueva era de “paz, democracia
y unidad”. En 1991 fueron disueltas las estructuras militares del Pacto
de Varsovia. La URSS retiró sus tropas de Polonia, Hungría y
Checoslovaquia.
Algunos consideran que el 1 de julio de 1991 fue el fin oficial de la
Guerra Fría, la “guerra” más larga del siglo XX, que se prolongó 45
años, cuando en Praga, Checoslovaquia,
se firmó el Protocolo de Cese Completo de los Efectos del Pacto. Para
otros, la última página se cerró en mayo de 1992, cuando Mijaíl
Gorbachov, en calidad de expresidente, pronunció un discurso dedicado a
las cuestiones de pacificación en el Westminster College en Fulton
(Misuri, EE. UU.), el mismo lugar donde había empezado la Guerra Fría el
5 de marzo de 1946 con el legendario discurso “El Telón de Acero” del
exprimer ministro británico Winston Churchill.
En 1989 Mijaíl Gorbachov recibió la medalla de la paz “Otto Hahn de
Oro”. El 19 de mayo de 1989 se le concedió el Premio Príncipe de
Asturias de Cooperación Internacional por sus esfuerzos por favorecer la
cooperación internacional y eliminar las barreras que dificultan el
entendimiento entre las naciones.
El 16 de octubre de 1990 Mijaíl Gorbachov fue galardonado con el premio
Nobel de la Paz por promover reformas en Europa Oriental y ayudar a
poner fin a la Guerra Fría. El comité noruego destacó su importante
papel en los cambios positivos en la relación entre Oriente y Occidente.
Mijaíl Gorbachov transfirió la dotación económica que obtuvo con el
premio Nobel al presupuesto estatal. El dinero se usó en la construcción
de hospitales en el país.
Poco antes, en 1987, su esposa, Raísa Gorbachova, fue proclamada “mujer del año” por la revista británica Woman’s Own,
y la fundación Together for Peace la galardonó con el premio Mujer por
la Paz. En 1991 recibió el premio Lady of the Year. Se veía como
mensajera de la paz que apoyaba la política innovadora de su marido. Su
personalidad y estilo dinámico atrajeron el interés y la atención de los
observadores y medios occidentales. Destacó por sus generosas
contribuciones para la atención de los niños enfermos de leucemia.
Durante muchos años patrocinó el Hospital Central Infantil de Moscú así
como la Asociación Internacional de Hematólogos del Mundo para los
Niños y ayudó a introducir técnicas modernas para el tratamiento de la
leucemia infantil.
La primera dama dedicó mucho tiempo a la cultura. Fue una de las
creadoras de la Fundación Soviética de la Cultura, que se dedicó a
restaurar catedrales ortodoxas, recuperar la herencia artística y
cultural rusa, financiar museos y mucho más.
Junto con la perestroika, el país vivió una difícil situación
económica. Cuando Gorbachov asumió el poder en 1985, la deuda externa
del país era de 31 300 millones de dólares estadounidenses. A pesar de
todos los esfuerzos, los recortes en gastos militares, la anulación de
las restricciones para operar con divisas y la aprobación de leyes que
permitían crear cooperativas, la deuda exterior seguía creciendo. Muchos
expertos opinan que esto se debió al carácter caótico de las reformas y
la falta de previsión.
Como resultado, la deuda exterior ascendió a 70 300 millones de dólares
estadounidenses en 1991. La reserva de oro de la Unión Soviética
disminuyó en 10 veces. El país empezó a sufrir graves problemas en el
suministro de alimentos. Gorbachov se vio obligado a reintroducir el
sistema de libretas de racionamiento. En 1991, por primera vez se
registró una crisis demográfica: la mortalidad superó a la natalidad.
Mijaíl Gorbachov fue muy criticado por su política informativa relativa
al desastre nuclear del reactor número 4 de la central de Chernóbyl,
Ucrania, el 26 de abril de 1986. A pesar de que en la URSS se había
proclamado la estrategia de perestroika y glásnost, las
autoridades soviéticas se abstuvieron de avisar a la población
inmediatamente sobre la escala real del desastre nuclear en la central:
el primer anuncio sobre el incidente en el bloque 4 fue realizado 36
horas después de la catástrofe. Respecto a la posible amenaza
radioactiva no se dijo nada. Tampoco se habló de tomar medidas
preventivas. Según afirmaron posteriormente las autoridades, su objetivo
al mantener el silencio fue evitar el pánico.
Esta política hizo que el número de víctimas de la catástrofe aumentara
cientos de veces. Más de 7 millones de residentes de los territorios
contaminados por la nube radioactiva recibieron diferentes dosis de
radiación. Un equipo internacional de más de 100 científicos ha fijado
el total de víctimas mortales del accidente en 4000 personas.
Una vez anunciadas las elecciones libres, un gran número de escaños en
los Parlamentos de las repúblicas que formaban la Unión Soviética
pasaron a los liberales y a los nacionalistas, que exigían una
transición más rápida a la economía de mercado y la independencia de sus
repúblicas. Entre los años 1990 y 1991 muchos Estados aplicaron medidas
para tomar el control sobre sus economías locales, llegando a negarse
al pago de impuestos al presupuesto de la URSS.
Para preservar la integridad del país, Gorbachov elaboró el proyecto de
un nuevo tratado que debería dar vida a una nueva federación voluntaria
donde las repúblicas tendrían más derechos.
En agosto de 1991, y en vísperas de la firma del nuevo tratado, un
grupo de altos cargos del Gobierno de la URSS intentaron privar
violentamente a Gorbachov del poder con un golpe de Estado. Consideraban
que las reformas suponían demasiadas libertades y “amenazaban intereses
nacionales”, lo que podía “acabar con el país”. Con el objetivo de
“prevenir la desintegración” de la Unión Soviética crearon el llamado
Comité Estatal de Emergencia.
El 19 de agosto, aprovechando que Gorbachov pasaba sus vacaciones en
Crimea y estaba ausente de Moscú, el Comité anunció el estado de
emergencia en el país y la suspensión temporal del presidente en
ejercicio a causa de sus supuestos “problemas de salud”. Los
organizadores del golpe de Estado tenían a su disposición varias
divisiones militares. Alrededor de 4000 efectivos entraron en Moscú. En
las calles de la capital aparecieron tanques y vehículos blindados de
combate. Las tropas fueron mandadas también a Leningrado (actual San
Petersburgo) y a otras ciudades de la URSS. Gorbachov quedó bajo arresto
domiciliario en Crimea.
En esta situación fue Borís Yeltsin,
el presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia
desde el 10 de julio de 1991, quien consolidó la resistencia popular a
los golpistas. Llamó a la población a que defendiera las libertades
democráticas. Miles de personas salieron a las calles de Moscú para
mostrar su rechazo a las actividades del Comité Estatal de Emergencia.
El 21 de agosto la resistencia popular acabó con el golpe de Estado.
El 22 de agosto los organizadores del golpe fueron detenidos y Mijaíl
Gorbachov volvió a Moscú. Sin embargo, sus planes de preservar la
integridad de la URSS ya no se harían realidad. Para septiembre la
mayoría de las repúblicas soviéticas habían proclamado su independencia
de la Unión Soviética. El 8 de diciembre de 1991 se firmó un documento
que estipulaba que la Unión Soviética dejaba de existir. El 25 de diciembre de 1991 Mijaíl Gorbachov renunció oficialmente al puesto de presidente de la URSS.
En enero de 1992, en su primer mes fuera de la alta política del país,
Mijaíl Gorbachov puso en marcha la Fundación Gorbachov. Desde entonces y
hasta ahora es el presidente de dicha organización. La Fundación es
internacional y se dedica a estudios económicos y políticos y al
análisis de los problemas actuales de la historia mundial. Uno de los
proyectos de la organización es el Instituto Raísa Gorbachova de
Hematología y Trasplantes en San Petersburgo. El Instituto, que está en
activo desde el año 2007 y que lleva el nombre de su esposa, está
dedicado al tratamiento del cáncer infantil.
En 1993 Gorbachov fundó la Cruz Verde Internacional, una organización
ecológica con oficinas representativas en más de 20 países en el mundo.
La organización es uno de los tres mayores patrocinadores de la Carta de
la Tierra, una declaración internacional de principios, propuestas y
aspiraciones para una sociedad mundial sostenible, justa y pacífica en
el siglo XXI, la cual fue lanzada por la ONU en el año 2000. Las
principales misiones de la Cruz Verde son la prevención de los
conflictos causados por la degradación medioambiental y la asistencia a
las víctimas de las consecuencias medioambientales derivadas de las
guerras.
La esposa de Mijaíl Gorbachov, Raísa, en la década de los años 1990
siguió con su actividad social, ayudando a los niños enfermos y
patrocinando el Hospital Central Infantil de Moscú. Además,
en 1997 fundó el Club Raísa Maxímovna, organización creada con el objetivo de aumentar el papel de la mujer en la sociedad rusa y prestar ayuda a los niños.
Raísa Gorbachova falleció el 20 de septiembre de 1999 a los 67 años a
causa de una leucemia en una clínica de Alemania donde estaba recibiendo
tratamiento. Está enterrada en el cementerio de Novodévichi de Moscú.
En 1996 Mijaíl Gorbachov intentó volver a la política y presentó su
candidatura para las elecciones presidenciales de la Federación de
Rusia. Recibió el 0,51 % de los sufragios o 386 069 votos. Borís Yeltsin
ganó los comicios con el 53,82 % de los votos, resultado que le
permitió inaugurar su segundo mandato.
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